17/02/2010
Dato (no menor): Soy vegetariana desde hace dos años y medio.
Contexto (geográfico): Mi barrio, donde las palomas parecen tener una confianza extrema por la calle repleta de autos que viajan a una velocidad más alta de la permitida (por supuesto) y, como consecuencia, es común cruzar la calle y descubrir alguna que ha sido atropellada. La primera vez que pregunté "cómo", o "por qué", me contestaron que quizás estaba enferma. Después de ver muchas, no me convenció esa hipótesis. Mucho menos al ver cómo levantan vuelo casi tocando el parabrisas de los autos que pasan.
Dato (tampoco menor): Adoro las aves. Soy Acuariana. Soy un signo de Aire. Adoro las Palomas. Adoro escuchar cuando se hacen arrumacos en la ventana, cosa que volvería loco a cualquier otra persona. A mí me tranquiliza. Me relaja. Adoro el sonido de las alas, el aleteo y adoro darles de comer de la mano y en el aire y que tengan esa confianza y mi mano y mi brazo se colme de sus alas.
Día de los hechos:
De vacaciones, salgo a tomar aire porque si no, encerrada me iba a poner boba. Pasé por la librería inevitablemente e inevitablemente salí de la librería con dos libros. Adquirí un juego de preciosos lápices y rumbeé a casa.
Llegando, junto a un árbol a unos 5 metros de la entrada, miro y veo una Paloma asustada. Tenía las alas medio abiertas y las arrastraba un poco. Caminé dos pasos más y me detuve, bajo la mirada de otra mujer que pasaba, que también llevó la vista a la Paloma y siguió, probablemente pensando que yo estaba loca o algo así.
Mientras tanto yo pensaba:
¿Qué puedo hacer?
¿Dónde la puedo llevar?
¿Qué pasaría si pasa un perro y decide "jugar" con ella?
¿Y un gato?
¿Y si, intentando moverse, se caía a la calle (estaba cerca) y la atropellaba el auto estacionado allí?
Todo en.... 10 segundos?
Miré el árbol de al lado. El cantero tenía una reja considerablemente alta, unos 30 centímetros. Pensé que si al menos la dejaba allí adentro, podría recuperarse y volar ya que no estaba muy mal.
Me acerqué y empezó a aletear asustada. Traté de ser suave y la tomé juntando las alas y muy despacio. Cuando sintió mis manos pareció tranquilizarse. La dejé con lentitud sobre la tierra del cantero y no aleteó ni se asustó. La acomodé y aproveché para acariciar las plumas tibias.
Me levanté y entré a mi casa con el Alma repleta de.... algo. Y, por supuesto, me lavé las manos, porque en algún lugar mantengo los pies sobre la tierra y soy consciente.
A la noche decidí comer ensalada de espinaca con mayonesa y queso rayado.
Deshojé la planta y la puse a lavar un rato. Cuando volví, la limpié y la metí en el centrifugador de verduras (uno de los mejores inventos "ever").
Al tener toda la espinaca limpia, verde y con escasa agua, la removí en el recipiente y sentí la frescura de las hojas y hasta el aroma.
Fue inmediato el shock. El contraste de las hojas frescas y naturales, verde profundo, con la memoria reciente del cuerpo tibio de la Paloma entre mis manos. E, inmediatamente la asociación: hay gente que come animales como el que yo había sostenido. *Yo* había comido pollo o lo que fuera hasta hacía pocos años. Y el recuerdo reciente latiendo en mis manos, el aleteo cansado, imposible de hacer a un lado.
Supe, casi como una epifanía (y no creo que quede grande el término), que no podría volver a comer nada que hubiera estado vivo. Que, como esa Paloma, aloje o hubiera alojado un Alma en un cuerpo. Que no podría alimentarme de otro ser. Lloré. Sí, lloré. Me sorprendí a mi misma con lágrimas juntándose en mis ojos y poblándome las mejillas.
Quizás ame todo demasiado, pero me hace sentir viva. Y para vivir con amor *puro* realmente, creo que la palabra "demasiado" no existe.
Alma en su Laberinto ·· Hoy, re-descubriendo cosas simples.
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La Paloma y La Espinaca
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Yo
Hoy... Reiki, Nivel II y mis palomas!!
Hace 2 años y algo decidí hacer el Nivel I de reiki. Antes de elegir una escuela donde hacerlo di muchas vueltas. Pregunté a quienes sabía que habían hecho los cursos/seminarios, busqué en internet, pero por una u otra cosa, no me convencían. Llamaba y no me gustaba cómo me atendían. Entraba a la página recomendada y no me gustaba cómo se veía, o que me hablasen de dios o de un dios cuando ya sabía que no se trata de religión alguna. Había leído, me había informado para encontrar una *buena* escuela. Y creo que la encontré en su momento. Por lo menos mi experiencia fue *MUY* buena con mi maestra Gloria.
Salí del Nivel I y por supuesto ya quería hacer el Nivel II!! Como mis compañeras... ja.. Como todo el mundo!! Por una cosa u otra... porque en esa escuela no había cursos disponibles y porque no tenía plata, lo fui posponiendo y se fue prolongando el período de espera.
Por una cosa u otra, después no "podía gastar plata", no tenía plata, y así pasaron 2 años. Hasta que TODA mi vida cambió y decidí, no sólo retomar canto que había tenido que suspender, sino que además, como "plus", al día siguiente (o sea hoy, viernes) hacer el Nivel II de Reiki. ¡Tomá mate!
No fue en la misma escuela, pero al igual que la primera vez, la busqué mucho, y al igual que la primera vez, no me equivoqué. Debo acotar que todas las escuelas de reiki parecen quedar lejos (digamos, de las zonas céntricas como Palermo, por ejemplo) y no sé por qué. Pero no importa. Lo vale. Y mi Maestro Adalberto es un ser realmente extraordinario también. Y el Reiki no deja de sorprenderme. Por las cosas que siento, que aprendo... que "veo"....
Volví, con 35º centígrados a las 6 de la tarde con certificado, manual y un CD con música para mis sesiones (chocha, ¿hay que aclarar?), y como decidí hacer un camino diferente y crucé por el parque, me encontré con unos chicuelos dándole maíz a las palomas. (Pensamiento aparte: ¿¿¿¿por qué me da tanta bronca que los niños pequeños tengas esa tendencia cuasi asesina de querer atraer y a la vez asustar a las palomas corriéndolas, amagando de pisarlas, y todo tipo de truquillos con ese mismo fin????) Decía, que encontré unos niños adorables alimentando a las palomas. Y, por un instante, volví a MI niñez cuando alimentaba a las palomas con maiz, y oh! delicioso descubrimiento! el señor del carrito tenía bolsitas con maiz. =D $1 una bolsa con una cantidad bastante considerable. (¿¿Creían que no iba a comprar??)
Miro que los niños ya habían dejado de darles, y procedo al verde cesped (un poco de pasto que había) a darles a las palomas, que ya sabían por el ruidito y se aproximaban, el preciado alimento dorado. Me arrodillo y las bellezas aladas se pisaban unas a las otras para comer de mi mano. Y, ¿a qué no saben qué sucede en ese momento? ...... No uno, sino DOS niños (los mismos dos de antes) vienen a ver a MIS palomas (ahora era MíAS) y me las empiezan a espantar. Ok, tengo que aclarar que tengo mucha paciencia con los chicos. De hecho enseñé inglés en un segundo grado en el que la mitad era chicos con problemas, pero NO tolero que me espanten a las palomas con esas bol··eces de amagar a patearlas y así. Les digo amablemente que por favor no las espanten. Dos veces. Me dicen que SSSIIIIIIIIII, las espantaaamoooossssssss!!! *levanto una ceja* Y en eso oigo a la madre que los llama, y les dice que no hagan eso. Y ahí pienso que sí, que existen madres que educan a sus hijos muy a pesar del instinto que pueda surgir del niño en cuestión. Procedo.
Agarro más maíz y recuerdo un truco que hice en una plaza de Montevideo, Uruguay, una vez cuando fui de vacaciones. Algo que tengo registrado en foto, y que nos lo enseñó una señora, creo que parecía darle seguido a las palomas. Me agacho un poco pero no toco el piso... y dejo que las palomas sientan que pueden posarse en mi mano, en mi brazo y comer ahí, con el brazo extendido, en el aire. Cuando se dieron cuenta (ellas y yo) debía tener 5 o 6 palomas en todo el brazo... que se subían una encima de la otra para comer de mi mano. Mientras, por supuesto, dejaba caer un poco para las de abajo. La verdad, no sé cuánto tiempo estuve alimentando así a mis amigas emplumadas, pero hacía rato que no disfrutaba de un momento de tanta felicidad y pureza. En medio de las palomas en mi brazo, oigo a uno de los niños: "Faaaaa!! Mirá! Magia!!" Y veo un hombre con un cochecito y un bebé que pasan despacito y me miran. Las dos señoras mayores que estaban sentadas al lado del señor que vendía el maíz, se hicieron una panzada con el espectáculo. Para mí, fue parte de mi día de Reiki. Energía Vital del Universo. Adoro a las palomas. Creo que ellas lo saben.
El Alma en su Laberinto ·· Hoy, mitad paloma, mitad humana-con-reiki-de-nivel-II
Salí del Nivel I y por supuesto ya quería hacer el Nivel II!! Como mis compañeras... ja.. Como todo el mundo!! Por una cosa u otra... porque en esa escuela no había cursos disponibles y porque no tenía plata, lo fui posponiendo y se fue prolongando el período de espera.
Por una cosa u otra, después no "podía gastar plata", no tenía plata, y así pasaron 2 años. Hasta que TODA mi vida cambió y decidí, no sólo retomar canto que había tenido que suspender, sino que además, como "plus", al día siguiente (o sea hoy, viernes) hacer el Nivel II de Reiki. ¡Tomá mate!
No fue en la misma escuela, pero al igual que la primera vez, la busqué mucho, y al igual que la primera vez, no me equivoqué. Debo acotar que todas las escuelas de reiki parecen quedar lejos (digamos, de las zonas céntricas como Palermo, por ejemplo) y no sé por qué. Pero no importa. Lo vale. Y mi Maestro Adalberto es un ser realmente extraordinario también. Y el Reiki no deja de sorprenderme. Por las cosas que siento, que aprendo... que "veo"....
Volví, con 35º centígrados a las 6 de la tarde con certificado, manual y un CD con música para mis sesiones (chocha, ¿hay que aclarar?), y como decidí hacer un camino diferente y crucé por el parque, me encontré con unos chicuelos dándole maíz a las palomas. (Pensamiento aparte: ¿¿¿¿por qué me da tanta bronca que los niños pequeños tengas esa tendencia cuasi asesina de querer atraer y a la vez asustar a las palomas corriéndolas, amagando de pisarlas, y todo tipo de truquillos con ese mismo fin????) Decía, que encontré unos niños adorables alimentando a las palomas. Y, por un instante, volví a MI niñez cuando alimentaba a las palomas con maiz, y oh! delicioso descubrimiento! el señor del carrito tenía bolsitas con maiz. =D $1 una bolsa con una cantidad bastante considerable. (¿¿Creían que no iba a comprar??)
Miro que los niños ya habían dejado de darles, y procedo al verde cesped (un poco de pasto que había) a darles a las palomas, que ya sabían por el ruidito y se aproximaban, el preciado alimento dorado. Me arrodillo y las bellezas aladas se pisaban unas a las otras para comer de mi mano. Y, ¿a qué no saben qué sucede en ese momento? ...... No uno, sino DOS niños (los mismos dos de antes) vienen a ver a MIS palomas (ahora era MíAS) y me las empiezan a espantar. Ok, tengo que aclarar que tengo mucha paciencia con los chicos. De hecho enseñé inglés en un segundo grado en el que la mitad era chicos con problemas, pero NO tolero que me espanten a las palomas con esas bol··eces de amagar a patearlas y así. Les digo amablemente que por favor no las espanten. Dos veces. Me dicen que SSSIIIIIIIIII, las espantaaamoooossssssss!!! *levanto una ceja* Y en eso oigo a la madre que los llama, y les dice que no hagan eso. Y ahí pienso que sí, que existen madres que educan a sus hijos muy a pesar del instinto que pueda surgir del niño en cuestión. Procedo.
Agarro más maíz y recuerdo un truco que hice en una plaza de Montevideo, Uruguay, una vez cuando fui de vacaciones. Algo que tengo registrado en foto, y que nos lo enseñó una señora, creo que parecía darle seguido a las palomas. Me agacho un poco pero no toco el piso... y dejo que las palomas sientan que pueden posarse en mi mano, en mi brazo y comer ahí, con el brazo extendido, en el aire. Cuando se dieron cuenta (ellas y yo) debía tener 5 o 6 palomas en todo el brazo... que se subían una encima de la otra para comer de mi mano. Mientras, por supuesto, dejaba caer un poco para las de abajo. La verdad, no sé cuánto tiempo estuve alimentando así a mis amigas emplumadas, pero hacía rato que no disfrutaba de un momento de tanta felicidad y pureza. En medio de las palomas en mi brazo, oigo a uno de los niños: "Faaaaa!! Mirá! Magia!!" Y veo un hombre con un cochecito y un bebé que pasan despacito y me miran. Las dos señoras mayores que estaban sentadas al lado del señor que vendía el maíz, se hicieron una panzada con el espectáculo. Para mí, fue parte de mi día de Reiki. Energía Vital del Universo. Adoro a las palomas. Creo que ellas lo saben.
El Alma en su Laberinto ·· Hoy, mitad paloma, mitad humana-con-reiki-de-nivel-II
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